Cuando otro aniversario pasa sin una propuesta de matrimonio de su novio, Anna decide tomar cartas en el asunto. Consciente de una tradición celta que permite a las mujeres hacer la propuesta el 29 de febrero, planea seguir a su amante a Dublín y pedirle que se case con ella. Sin embargo, el destino tiene otros planes, y Anna termina al otro lado de la Isla Esmeralda con Declan, un guapo pero tosco irlandés que puede llevar a Anna por otro camino (literal... y no literal).