Quedarse calvo sigue siendo un trauma para muchos hombres. Juanjo, Sebas y Rayco son tres ejemplos, entre millones, de cómo la alopecia conlleva también la caída de la autoestima. Rayco es cantante de reggaetón y tiene más entradas que el Corte Inglés. En el paraíso del postureo, su problema capilar puede traducirse en menos seguidores y en menos conciertos. Juanjo es un pusilánime cuarentón que lucía con dignidad el descampado de su cabeza hasta que se casó con Inma, una mujer aficionada a los retoques estéticos y que piensa que estar casada con un calvo la envejece más que unas patas de gallo. Sebas lleva encerrado en "el armario" de los calvos desde que descubrió el peluquín de pelo natural.